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En una entrevista, compartimos la historia de Don Ignacio Osorto un destacado agrónomo hondureño. Osorto se graduó como bachiller agrícola en la escuela agrícola en la ciudad de Panamá, durante la presidencia del General Omar Torrijos. Fue el único hondureño en recibir una beca de la campaña de intercambios culturales impulsada por Torrijos, que promovía la educación y el desarrollo en Centroamérica.

Desde joven, Don Ignacio asumió grandes responsabilidades. A la edad de 16 años, se convirtió en el sostén de su familia, cuidando de su madre y sus hermanos menores. Su deseo de superar las dificultades lo llevaron a buscar siempre el bienestar de su entorno.

Como agrónomo, Don Ignacio desarrolló un gran vínculo con la naturaleza. La creciente degradación ambiental lo motivó a fundar AHDESA en 1992, una organización que inicialmente centró sus esfuerzos en proyectos de desarrollo rural. Sin embargo, la evidente necesidad de conservar las cuencas hidrográficas lo llevó a dirigir su enfoque hacia la protección de estos vitales recursos, bajo la premisa de que sin agua, no hay vida.

AHDESA, desde sus inicios, se ha compuesto de personas de diversas profesiones, unidas por una visión compartida: promover el bienestar del pueblo hondureño y su desarrollo sostenible. En 1998, tras el devastador huracán Mitch, la organización, con el apoyo de TWP, introdujo la primera estufa de combustión Rocket, marcando el comienzo de una serie de innovadores proyectos de estufas mejoradas en Honduras. La meta de AHDESA es reemplazar cada fogón tradicional ineficiente y contaminante por estufas eficientes, como la moderna estufa Justa 3D, que ofrece múltiples beneficios, incluyendo la reducción del consumo de leña y la eliminación del humo en los hogares.

El mensaje de su hijo el ingeniero Anibal Osorto es de orgullo por todo lo que se ha logrado, “Él es un ejemplo viviente de que se pueden hacer las cosas bien y con honestidad. En AHDESA, siempre se ha incentivado la confianza en su ejecución y trabajo, conscientes de que la pérdida de confianza es la pérdida de todo. Su ética y dedicación han demostrado que el buen obrar siempre trae resultados positivos”.

                              Don Ignacio junto a su hijo
AHDESA se ha destacado en el mundo de las ONG. Su existencia y relevancia a lo largo de más de tres décadas reflejan la confianza y el apoyo que ha ganado en su compromiso con la mejora de la calidad de vida en Honduras. Don Ignacio se siente orgulloso de su contribución al desarrollo del país. Sin la fundación de AHDESA, es probable que conceptos como el ecofogón o los programas de créditos de carbono no fueran tan conocidos ni valorados en la región.