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En el norte de Honduras, bajo el abrasador sol que ha teñido de dorado los campos y las calles, emergió la inspiradora historia de Melisa Nuñez en la ciudad de Olanchito, Yoro, al norte de Honduras. Esta tierra cálida y enérgica, conocida como la “Capital Cívica de Honduras”, no solo ha sido famosa por su riqueza cultural, hogar de poetas, dramaturgos y pintores, sino también por ser el lugar donde Melisa desafió las convenciones y dejó su huella única como maestra fogonera.
Desde su juventud, Melisa se sumergió en el tejido de Olanchito, donde la creatividad ha fluido como un río y las tradiciones se han entrelazado con la modernidad. En un entorno donde las voces de los poetas y los colores de los pintores han dado vida a las calles, Melisa encontró su propia forma de expresión: construir estufas mejoradas Justa que han cambiado vidas.
A pesar de las altas temperaturas que a menudo han envuelto la región norte de Honduras, Melisa camina kilómetros hacia las familias que necesitan de su ayuda. A veces a pie, otras montada en una mula, cruzando ríos y en ocasiones cargando los materiales propios de las estufas que construye, sus pasos determinados no solo han construido estufas, sino también puentes entre las expectativas de género arraigadas en la sociedad. En un oficio tradicionalmente dominado por hombres, Melisa no solo ha demostrado su habilidad, sino que también ha iluminado un camino para las mujeres jóvenes que anhelaban desafiar las normas y seguir sus pasiones.
El proyecto de estufas mejoradas y maestros fogoneros, impulsado por AHDESA con la cooperación de Trees, Water and People (TWP), ha brindado alas a los sueños de Melisa. Ser maestra fogonera es su principal fuente de ingresos, gracias a este oficio ha sacado adelante a su familia, pero este impulso va más allá, cada estufa que ha construido no solo ha mejorado la calidad de vida de muchas familias, sino que también ha fortalecido su propio sentido de empoderamiento. La gratitud y el reconocimiento que ha recibido han sido una prueba constante de que ha hecho una diferencia genuina.

Y ahora, con la nueva estufa Justa 3D, la calidad de vida de las comunidades aledañas a su municipio y comunidades aledañas se mejorará aún más. Melisa es una de las principales impulsoras de esta innovación, reconociendo que esta nueva estufa llevará los beneficios a un nivel superior, impactando positivamente en la salud, el bienestar y la sostenibilidad de las familias a las que ha dedicado su vida.
Pero Melisa no ha sido solo una constructora de estufas, sino también una embajadora culinaria. Ha compartido con otras mujeres los secretos de la cocina local, fusionando los sabores tradicionales con su creatividad innata. Su cocina se ha convertido en un refugio de innovación, donde las raíces de Olanchito se han entrelazado con nuevas posibilidades, donde se utiliza las producción local para crear innovadoras recetas, para diversificar la alimentación de las personas con escasos recursos, todo cocinado efectivamente en una estufa Justa.
En las palabras de Melisa: “Cada estufa que he construido ha sido un paso hacia adelante. He visto cómo las familias han tenido una vida mejor, cómo las mujeres han tenido más tiempo para cuidar a sus hijos y cómo todos hemos respirado un aire más limpio. No podría haber estado más feliz y agradecida por esta oportunidad”.
La historia de Melisa Nuñez ha trascendido las tierrras de Olanchito y ha llegado a los corazones de todos los que la han escuchado. Su valentía al desafiar las convenciones de género y su dedicación para mejorar vidas han sido un recordatorio perdurable de que una persona apasionada puede cambiar el mundo que la rodea. En una tierra de poetas y artistas, Melisa se ha convertido en una poeta de la vida, tejiendo versos de esperanza y empoderamiento en cada estufa que ha construido y en cada sonrisa que ha iluminado.